Déjame celebrar
el triunfo de la mutación.
Allí,
en la habitación
donde te escondes,
junto al latido que te crece.
Déjate arrastrar
por las manías de diva
en las que hurgas
y te sumerges.
Hoy
el enano curioso
tropieza en tu boca.
Divisa nuevas adivinanzas.
Y te rompes.
Y te pierdes.
Citando,
al esquivo destino,
una vez más.
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