No lo olvido,
pero no lo siento.
Aún me duele
el ovario torcido
que roíste.
Se hunde,
palpita,
se señala.
Acordes,
sí, sí, yes.
La misma historia.
No sangra.
Encadena la luna al carro de los misterios.
Adiós,
no, no, bye.
Vulcano vestido de voz.
Negrura insólita de otoño.
¡Me encanta!
ResponderEliminarSi no lo sientes por qué palpita? Muchas negrugas insólitas de otoño nos alumbran querida Clara claridad.
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